miércoles, 27 de mayo de 2015

De sample en sample

El sampling es uno de los elementos básicos que constituyen el hip-hop, que se nutre fundamentalmente de beats de otras canciones. Los primeros DJ, como DJ Kool Herc o Grand Master Flash, solían tomar prestado temas de música funk y disco, muy populares en aquella época (años 70). Tomaban el fragmento más bailable de una canción, un break, y lo repetían en bucle o mezclándolo con breaks de otros temas. Posteriormente, los MC (presentador o maestro de ceremonias) rapeaban sobre la melodía compuesta por el DJ.

Además, la mesa de mezclas del DJ permitía distorsionar y jugar con los samples, dando lugar a un espacio de creatividad. La digitalización de la música permitió una mayor sofisticación a la hora de grabar temas, por ejemplo, tomando varios samples y mezclándolos entre sí.

Uno de los samples más conocidos fue el que el grupo californiano N.W.A tomó de Get Off Your Ass and Jam de Funkadelic e incorporó a su tema 100 Miles and Runnin. La discográfica acabó demandando a la productora de un film, I Got the Hook Up, que había incorporado a su banda sonora esta canción de N.W.A. Hablaré más sobre este sample en un otro post.

  
100 miles and runnin de N.W.A, o que te demanden por un sample de 2 segundos

En 1996, Josh Davis, un joven de 24 años más conocido como DJ Shadow, marcó un nuevo hito en la historia del hip-hop y el sampling. Su primer disco, Endtroducing, fue el primer disco de la historia creado completamente a base de samples, y así se recoge en el libro Guiness de los records. Un total de 1000 samples, aproximadamente.


Midnight in a Perfect World (Endtroducing), DJ Shadow

Llevando esta idea al paroxismo, un grupo de jóvenes australianos publicaría en el año 2000 el que es probablemente hasta la fecha el disco con mayor número de samples de la historia, entre 3500 y 4000. Since I Left You, la opera prima, y última, de The Avalanches. El disco fue una auténtica bomba en el mundo anglosajón. Está considerado uno de los mejores discos de la historia de la musica australiana y uno de los mejores discos de música electrónica de todos los tiempos, segun la revista Rolling Stone.


"Since I Left You" (The Avalanches), la juventud de muchos australianos suena a esto

Y a pesar de ser un disco collage, completamente compuesto a partir de trocitos de otros discos, Since I Left You, suena fresco y original. Con el paso de los años se ha convertido en un disco de culto. Con motivo del 15º aniversario de su publicación, se celebró en la Sidney Opera House una recreación en directo del disco completo. Músicos de verdad tocando con instrumentos de verdad un disco compuesto completamente a base de samples.


Algunos de los samples de Since I Left, desenmascarados
 

Por último, para todos los fans de Since I Left You, recomiendo este programa de radio con entrevistas y anécdotas sobre este gran disco.

martes, 19 de mayo de 2015

El primer rap

Rapper's Delight de The Sugarhill Gang está considerada como la primera canción de rap de la historia. Realmente el rap no nació con este tema de esta banda neoyorquina, pero Rapper's Delight sí fue el primer single de hip hop que llegó a sonar en las radios comerciales, y no solo de los Estados Unidos sino también de otros países como UK, Canadá, Australia y Holanda, donde llegaría a ser número uno. Rapper's Delight fue el punto de inflexión donde el hip hop pasó de ser una cultura suburbana a convertirse en un fenómeno global. Corría el año 1979.


Rapper's Delight (The Sugarhill Gang)

Mucho antes de eso, a principios de los 70, Clive Campbell, el hijo mayor de un emigrante jamaicano del Bronx, comenzaba a experimentar en su casa con los discos de su padre, técnico de sonido de un grupo local y que contaba con una mesa de mezclas. En los 70 la música disco y el funk era muy populares entre los jóvenes. Clive, más tarde conocido como DJ Kool Herc, había observado que la gente se volvía loca cuando sonaba la parte más bailable de una canción, ese break que solía durar 30 segundos. Kool Herc decidió entonces pinchar solo los break de los discos, e incluso intercambiar el mismo disco en la mesa de mezclas para hacer el break más largo. También incorporó la técnica del toasting, popular en Jamaica, que consiste en hablar por encima de los discos. El 11 de agosto de 1973 Clive y su hermana organizaron una fiesta en su casa, el 1520 de Sedgwick Avenue. Y así es como oficialmente nació el hip hop.

Al igual que casi todo lo que se pinchaba al principio en el hip hop, Rapper's Delight también toma como break un tema de música disco. El tema en cuestión es Good Times de Chic. Dice la leyenda que los miembros de lo que después sería The Sugarhill Gang, habían asistido a un concierto de Chic en el Palladium en Nueva York y cuando sonó Good Times se subieron al escenario y comenzaron a improvisar, rapeando por encima de la canción.


Chic dándolo todo en Good Times

Rapper's Delight fue un fenómeno mundial, y por supuesto también llegó a America latina. En 1980, el popular humorista venezolano conocido por el nombre artístico de Perucho Conde grababa su propia versión. Se mantenía el break de Good Times, aunque acelerándolo un poco y metiendo más percusiones. Cambiaba fundamentalmente la letra, más ácida y de denuncia social. La Cotorra Criolla está considerada la primera canción de rap en español de la historia.


 Han pasado más de 30 años y La Cotorra Criolla sigue de actualidad

Una de las bandas pioneras del rap en España, Def Con Dos, rendía tributo al tema fundacional de Perucho Conde en su primer largo, Segundo Asalto. Esta vez se mantenía la letra de Perucho, volvían a aparecer 3 voces, como en Rapper's Delight, pero el break de Good Times era substituido por las guitarras y percusiones de este grupo Vigués-Madrileño. Corría el año 1989.



Guitarras y percusiones para esta versión de La Cotorra Criolla, por DCD

Y la última vuelta de tuerca sobre este Rapper's Delight lo protagonizaría en 2002 un trío de jóvenes andaluzas conocidas como Las Ketchup. Su primer single, Aserejé, se colaba en las listas de éxitos de una innumerable lista de países (yo incluso llegué a cantarlo en algún karaoke en Asia :)) En esta ocasión, ya no quedaba nada del tema de The Sugarhill Gang, ni break, ni rap, ni ritmo. Solo la primera estrofa de la canción que dice:

I said a hip hop,
Hippie to the hippie,
The hip, hip a hop, and you don't stop, a rock it
To the bang bang boogie, say, up jump the boogie,
To the rhythm of the boogie, the beat.

Y que las Ketchup tradujeron como:

Aserejé, ja deje tejebe tude jebere
sebiunouba majabi an de bugui an de buididipí 

Aserejé, a veces nuestra ineptitud con la lengua de Shakespeare produce pequeños éxitos mundiales

PS: Este post va dedicado a César Strawberry, que hoy ha sido privado de su libertad por precisamente pensar libremente. Gracias por vuestra música.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Música en un cartucho

Mucho antes de que existiese Internet, la cultura popular se extendía mayormente a través de la prensa, radio, cine y televisión. Otros canales de información menos populares, y orientados a un público más juvenil, eran los cómics y los videojuegos. Nuevas ventanas que nos permitieron descubrir otras formas de ver y entender el mundo.

En la década de los 80 y principios de los 90, los videojuegos eran todavía una subcultura, sin embargo su impacto era global. Videojuegos producidos en Estados Unidos, Europa y Japón se consumían a un lado y otro del planeta, exportando consigo un trozo de cultura.

La serie de documentales producida por Red Bull Music, Diggin' in the Carts, explora el impacto de la música de los videojuegos para consolas de 8, 16 y 32 bits, en la cultura popular global. Para muchos de nosotros, esta música que llegaba encerrada en un cartucho suponía una auténtica vanguardia. Nuestra periferia, escasos recursos económicos e ingenua juventud, no nos permitía acceder a mayores y más extensos circuitos de distribución musical. Toda la música a la que teníamos acceso salía del altavoz de una radio FM.


Episodio 4 de Diggin' in the Carts, entrevistas con Hiroshi Kawaguchi (Hang on, Out Run) y Yuzo Koshiro (SOR, Wangan Midnight), a partir de 10:30

Recuerdo que cada vez que estrenaba un nuevo videojuego una de las primera cosas que hacía era reproducir las pistas musicales. Normalmente la calidad de las composiciones era un indicador fiable de la calidad del videojuego. Streets of Rage fue uno de los primeros videojuegos en los que el nombre del compositor aparecía destacado en la pantalla de presentación. Un hecho muy poco habitual :)

Yuzo Koshiro fue, y sigue siendo, una leyenda en la industria musical de los videojuegos. Recordado por bandas sonoras memorables como Y's, Revenge of Shinobi, Ninja Gaiden o Actraiser, sin duda fue Streets of Rage uno de sus trabajos más destacados, especialmente la segunda entrega de la saga.


Cover de guitarra del stage 4-2 de Shadow Warrior (Gameboy)

Beat'em up al estilo Double Dragon o Final Fight, Streets of Rage destacaba por una banda sonora muy callejera, a medio camino entre el hip-hop y la música dance/techno. Streets of Rage sonaba fresco, nunca antes había escuchado nada parecido, y si lo hubiera hecho, probablemente lo hubiera definido como música Streets of Rage :)


El nombre de Yuzo Koshiro destaca en la pantalla de menú de Streets of Rage 2

Comenta Yuzo Koshiro en el documental de Red Bull Music, que muchas personas extranjeras le han felicitado por la banda sonora de Streets of Rage. Dice sorprenderse ante tal reconocimiento, cuando todo lo que ha hecho, según sus propias palabras, es copiar música americana, europea y británica de la época. Volviendo la vista a atrás, Streets of Rage suena a EnigmaBlack Box y Technotronic, grupos de principios de los 90.

El siguiente video desvela las influencias de Yuzo Koshiro en Streets of Rage. Hay mucho Black Box, pero también Snap!, Public Enemy, The Shamen, Soul II Soul, etc. Grupos de un tiempo pasado que ya no volverá. Su música seguirá viva en un cartucho y en la memoria de muchos de nosotros.


Desmenuzando las influencias musicales de Streets of Rage

Comenta Koshiro también en la entrevista con Red Bull Music, que en la época en que compuso Streets of Rage solía frecuentar un club llamado Yellow en Tokio. Muchas de las influencias vienen de los DJ que pinchaban en aquella disco, pionera de la música techno en la capital nipona y una de las primeras en contar con DJs del circuito mundial.

Recientemente estuve en Tokio y quise pasarme por el Yellow, pisar ese templo sagrado donde comenzó todo. Tras buscar en Internet, averigüé que el pub cerró en 2008 y volvió a abrir con el nombre de Eleven. Situado en Roppongi 1-chome, decidí acercarme por allí. Después de mucho buscar y no encontrar nada, acabé por preguntarle a unos amables japoneses que había por allí cerca. Buscaron en su teléfono varias veces y finalmente dimos con el lugar. El club llevaba casi 2 años cerrado. Parece que al final se va a llevar a cabo la reforma prevista para 2008. Quizás vuelva a abrir Yellow/Eleven, pero ¿Será en el mismo lugar? ¿Será la misma disco? ¿Adios a la Meca donde empezó todo?

jueves, 7 de mayo de 2015

La red es vasta e infinita

Con esta famosa frase termina una de las películas de animación niponas más veneradas de todos los tiempos. Veinte años han pasado desde que Mamoru Oshii adaptó el manga de Masamune Shirow a la gran pantalla. Tomando como hilo conductor una subtrama del manga original, Oshii creó una historia sólida, completa y autocontenida.

The Ghost in the Shell es obra de culto, por su calidad técnica, profundidad y estética. Los hermanos Wachowski la reconocieron como influencia para crear su ópera prima, Matrix. James Cameron tampoco ocultó su admiración.


The Ghost in the Shell y Matrix, parecidos razonables

Felicitaciones sinceras de James Cameron a Mamoru Oshii

Más deslumbrante es pensar que el manga original tiene, ni más ni menos que 25 años. En una época en que las redes de comunicaciones eran ciencia ficción, la sombra del Neuromancer de William Gibson se dejó notar. The Ghost in the Shell cumple con todos lo cánones del género cyber-punk, futuro distópico, sociedad hipertecnificada y gobiernos controlados por grandes corporaciones ¿Quién dijo que el futuro ya no es lo que era?

Se ha escrito mucho y largo sobre The Ghost in the Shell, tanto sobre el manga como la adaptación de Oshii. Aparte de la influencia estética de la ciudad de Hong Kong (Blade Runner sentó las bases), todavía aguardo impacientemente el artículo definitivo que desenmarañe esta espesa obra.


La ciudad ficticia de New Port City y Hong Kong guardan muchas similtudes

La cinta es densa, hay que verla varias veces para comenzar a entender el argumento principal, donde se mezclan diálogos sesudos, conspiraciones políticas y profundas reflexiones filosóficas. Tras muchos visionados, y muchas lecturas arbitrarias, uno puede llegar a identificar los homenajes más obvios de la película.

Como conjunto el film tiene sentido, pero uno se plantea si tanta profundidad no es sino un puro ejercicio de intelectualismo con escaso fondo en el mensaje. Es lo bueno de tanta metáfora y vaguedad, uno siempre puede interpretar los símbolos según le plazca y obtener sus propias conclusiones.

Esta cita de Einstein guarda muchas similitudes con parte del diálogo entre Motoko Kusanagi y Bato en la barca (mientras beben un San Miguel):

"El cuerpo humano lo componen innumerables ingredientes, como todos los componentes que hacen de mí un individuo único con mi propia personalidad. Sí, tengo una cara y una voz para distinguirme de los demás pero mis pensamientos y mis recuerdos no son míos, y tengo el sentido de mi propio destino. Cada una de esas cosas son sólo una parte del todo, yo reúno información para utilizarla a mi manera. Todo eso se funde en una mezcla que me forma a mí y da origen a mi consciencia. Me siento confinada porque sólo puedo expandirme con límites." (Motoko, The Ghost in the Shell)

“Un ser humano es una parte del todo, llamado por nosotros 'Universo', una parte limitada en tiempo y en espacio. Él se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su consciencia. Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por unas cuantas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión al ampliar nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas vivientes y a toda la naturaleza en su belleza." (Albert Einstein)

Al final de la conversación resuena una voz: "Lo que vemos ahora, es como una imagen borrosa en un espejo, luego lo veremos cara a cara". Esta es una cita literal de San Pablo (Corintios 13:12): "Porque ahora vemos como un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara". La cita bíblica continúa: "ahora conozo en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido".

Bato también cita a Einstein cuando reflexiona sobre el borrado de memoria del recolector de basura:

"Lo mires como lo mires, toda la información que acumula una persona en su vida es solo una gota en el océano" (Bato, The Ghost in the Shell)

"Todo lo que sé no es mas que una gota en el océano del conocimiento" (Albert Einstein).

Vuelve a aparecer San Pablo al final de cinta, con Motoko ya transformada en niña

"Cuando era niño, mi voz, mis pensamientos y mis sentimientos eran los de un niño; ahora que soy un hombre no necesito los recursos infantiles, ahora puedo decir esas cosas sin ayuda, con mi propia voz" (Makoto, The Ghost in the Shell)

"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño" (San Pablo, Corintios 13:11)

Me pregunto cuantas otros homenajes habré pasado inadvertidos en el guión original de Kazunori Ito :) Para los que quieran saber algo más, sobre otras referencias del manga y el anime, hay una interesante página sobre la filosofía de GITS en Wikipedia.

viernes, 1 de mayo de 2015

Recuerdos de Camboya

La cultura popular estadounidense ha nutrido el imaginario global de mil y una explicaciones que pudieran dar sentido a uno de los acontecimientos históricos que marcó a toda una generación de americanos. Me refiero, como no, a la guerra de Vietnam, o como los vietnamitas prefieren llamarla, la guerra americana de Vietnam.

Tanta obsesión por esta guerra resto espacio para prestar atención a otro evento histórico acontencido cerca de allí. Me refiero al ascenso al poder de Pol Pot y los jemeres rojos, en el año 1975. La película "Los Gritos del Silencio" (1984) de Roland Joffé, es quizás uno de los pocos documentos cinematográficos que presta atención a estos trágicos hechos.

Basada en el libro "The Life and Death of Dith Pran", la cinta narra el cautiverio de Dith Pran, intérprete y amigo del corresponsal del New York Times, Sidney Schanberg. Tras el ascenso al poder de Pol Pot, Pran queda atrapado en ese inferno hecho en la Tierra que fueron los campos de la muerte,  hasta que consigue escapar 4 años después.

La banda sonora de la película fue compuesta por Mike Oldfield. Fue la primera, y única, incursión del músico británico en el mundo de las bandas sonoras. Su trabajo le valió un premio BAFTA. Además, el film conseguiría alzarse con 3 Óscar, aunque ninguno de ellos en el apartado musical.

Al cierre de la película suena este tema, Etude, que muchos reconocerán por haber sido la sintonía también de un popular anuncio de salchichas a comienzos de los años 90.





Etude es quizás el tema más reconocible de la banda sonora de Los Gritos del Silencio. Se trata, sin embargo, de una versión de una de las composiciones más famosas de Francisco Tárrega, Recuerdos de la Alhambra. Y el original de Tárrega suena así.